Actitud y Castillos de Arena

Este verano al menos en Vigo no a sido de los mejores, por suerte apenas el tiempo nos lo permite salimos como hipnotizados al mar, solo es cuestión de coger la toalla, ponerse el bañador, y salir. Salir en el coche hacia un atasco terrible en los accesos a las playas, pero sin preocuparnos porque aún nos queda aparcar. Dar vueltas y vueltas mientras miramos con deseo la gente que ya está con olor a mar y a los niños disfrutar de un lado a otro. Seguimos mirando por la ventana mientras rezamos a la virgen del carmen que se apiade de nosotros y nos proporcione un sitio no muy lejos para bajar y disfrutar. Digo no muy lejos porque cabe destacar que además de la toalla suelo llevar la sombrilla, la mini nevera, la pelota para que los niños no se aburra, la merienda porque la playa da hambre y la segunda merienda porque siempre al final nos queda ese "sigo con hambre". Por suerte ya tengo adolescentes y ya no llevan, la pala, el cubo, los moldes, los inflables, el otro cubo y los 4 rastrillos además del mejor, el molde del castillo de arena que ocupa medio maletero pero es el mejor. Teniendo en cuenta esto, suelo esperar y aparcar lo más cerca posible.

Tener playas en la ciudad es un privilegio de pocos ya que salí de casa después de comer, y la tengo solo a 10 minutos, hoy es mi día de suerte ya que solo tarde desde que salí, contando el atasco, aparcar y el momento en que puse la silla en la arena, ¡que si! ¡También llevó silla!. Solo 2 horas y media, tiempo récord. ¡Estoy feliz!.

Y entonces respiro, me siento, huelo el mar al fin puedo descansar.

Junto a mi, bueno da igual donde te pongas, siempre te va a tocar junto a alguien. Y junto a los creativos niños que disfrutan de su tarde de playa. Entonce en mi intento por cerrar los ojos y oler y sentir el mar, interfieren miles de conversaciones. Pero me centro en la de los 4 niños que están construyendo un castillo.

Aron, es el único varón, luego las niñas no se como se llaman y entenderán más tarde porque no lo se.

Empiezan los cuatro a cavar con sus manos un pozo gigante para construir el mayor castillo de arena que jamás hayáis visto. A los pocos minutos Aron se distrae con un bote inflable abandonado en la orilla y abandona la primera tarea. las niñas siguen con su objetivo apenas notaron que Aron no está. Una de ellas ve que su madre duerme en la arena y decide ir a evitar que se quede dormida intentando explicarle lo que estaban haciendo. Quedaron dos que sin pestañear siguen escarbando, aunque una de ellas guarda la arena que saca en un cubo para aprovecharla para otra cosa. Parece que ahora Aron se aburrió del bote y vuelve corriendo junto al equipo de constructores, pero nota que ya habían empezado a levantar los muros, y su decepción fue tan grande que corre llorando hacia su madre gritando ¡ No me dejan hacer el castillo con ellas! Las niñas una que está contando la gran obra a su madre y las otras dos que ni pestañean y siguen construyendo lo miran y no responden, siguen trabajando. Pero la madre de Aron no puede consentir que excluyan a su hijo del proyecto y se acerca pidiendo una explicación, a lo que las niñas responden que no hay ningún problema siempre y cuando ayude a levantar el muro.

Así se hizo la primera parte de este hermoso castillo, Aron como no podía contener los muros porque se le derrumban, decide ir a buscar agua, y le pide ayuda a una de ellas la cual coge el cubo y sale corriendo a por agua. De camino de vuelta Aaron se queda viendo a unos niños que juegan a la pelota, y mientras mira, ser revuelca en la arena formando un cuerpo rebozado de arena húmeda.

El agua sin duda que cargó la niña con mucho esfuerzo desde la orilla había proporcionado una estructura firme al castillo, entonces ya podían empezar la segunda fase de construcción, Un puente mágico para que la princesa pudiera entrar.

Y así fue que la niña que estuvo hablando con su madre tirada en la toalla gritó Mira, mamá, mira! Nos ha quedado precioso y ademas ahora vamos a hacer un puente mágico.

Aron que escuchó los gritos vino llorando y a gritos una vez más porque lo habían dejado fuera del juego, su madre lo abraza y le dice que termine de hacer el castillo con sus amigas. La más trabajadora que hasta ahora ni se movió de su sitio solo levanto la cabeza y le advirtió a Aron que tuviera cuidado que estaba saltando muy cerca y podía destrozar el puente, a lo que Aron que es una mente inquieta sugirió...-Y si hacemos un rio por debajo del puente? Y así fue que salió una vez más a buscar agua al mar para hacer su río.

Y comienza la construcción del puente, esta vez una de las niñas que había guardado arena en un cubo decidió aprovechar el momento y elaborar pasteles para vender mientras su amiga continuaba con el puente, y así fue que elaboró, conchas, peces y estrellas de arena que en su imaginación eran un delicioso pastel y que vendió a toda la familia mientras Aron jugaba con el cubo en la orilla y sus amigas terminaban de hacer el puente.


Yo ya no podía cerrar los ojos, ni oler el mar, toda la playa se me había reducido a ese equipo de niños y a sus madres, unas dejando que desarrollen por sí solos la creatividad y simplemente acompañando, y otras como la madre de Aarón que no paraba de llamarlo y darle instrucciones de que hacer, o de como jugar.


La pastelería parece que tuvo éxito, entonces una de las niñas que estaba construyendo el puente, trasladó sus herramientas junto a la pastelera y empezó a crear sus pastelillos junto a la toalla de la mama y a venderlos tambien pero a gritos y sin moverse de su sitio, a diferencia de la otra que iba sitio por sitio ofreciendolos a sus potenciales clientes.


Y el puente siguió avanzando, esta vez con una sola mano de obra, pero constante y centrada en su meta. El conflicto surge cuando Aron se aburre de jugar en el mar, y vuelve a hacer el río ya no tiene sentido en el castillo y decide pegar un salto estupendo y caer justo encima de la obra de arte más preciada que samil jamás nunca había visto.


Debo reconocer que hasta sentí palpitaciones, porque esta vez no había tregua. El trabajo de esa niña que con tanta perseverancia había realizado, se esfumó en unos segundos y el llanto de rabia no tardó en escucharse. Las madres consolando a la niña, excepto la de Aarón que estaba gritando desde su toalla que volviera a pedirle perdón a su amiga, pero esa niña supo encontrar una nueva oportunidad y así fue como se seco las lagrimas, llevo su cubo y su rastrillo junto a la zona de pastelería y empezó a gritar. -¡¡¡Pastelitos, pastelitos!!! Cerramos en media hora y están deliciosos ¿quien quiere pastelitos?.


Y así fue cómo superó la frustración de la falta de colaboración de su equipo, de la poca empatía y paciencia de Aron. De la incomprensión de las madres que elogiaban el trabajo de sus hijas que no habían participado del castillo pero se atribuían los méritos.


Y se levantó brisa y decidí volver a casa, sin saber qué pasará finalmente con la pastelería, y viendo a Aron llorando una vez más porque una ola le salpicó y ahora tiene frío.


Entre gritos, risas y llantos, no pude descansar pero aprendi mucho. Aprendí que debemos corregir y conducir las buenas conductas sin dejar que cada quien pierda su esencia, pero conducir a colaborar, a respetar y a escuchar. Porque en la vida adulta nos encontramos con muchos Aron, y con muchas niñas que interfieren en que las cosas salgan bien o mal. 

Y la primera niña que trabajo en su proyecto incansablemente desde el inicio logro su objetivo aunque luego se lo derrumbaron, la segunda niña que desvio su atención y se puesto a elaborar pasteles, se adjudico los méritos del castillo cuando solo había participado al inicio, y la otra que colaboro muchisimo al traer cubos de agua para cementar los muros, ayudo a moldear los pasteles y mantuvo a su madre informada en todo el momento del proceso, esa sin embargo no trabajo pero colaboro muchisimo.

Creo que ahora si cierro los ojos puedo visualizar el futuro de cada uno de los 4 niños, demostraron cada uno su valía, su actitud, su proactividad, su empatía.


Hay que prestar atención a los castillos de arena.


Educando esclavos (Litos)

Quiero empezar difundiendo un rap que en casa suena mucho, tengo dos adolescentes que no paran de escuchar esta música, que inicialmente no me gustaba, pero que me ha permitido descubrir que los valores que intento inculcarles les ha llegado correctamente, esta letra es muy interesante, real y hace pensar que es lo que debería transmitir cualquier tipo de música, disfruten del mensaje. 

Si quieres ponerte en contacto con nosotros, por cualquier duda, sugerencia o reclamación estamos encantados de escucharte.


Intentamos gestionar una empresa de diversos grupos ideológicos y sociales, cada día aportamos una pizca de creatividad para que las mañanas sean más amenas, aún así hay días muy duros en los que el tiempo nos juega una mala pasada y el café no logra estimular lo suficiente, pero seguiremos intentando cumplir los objetivos marcados con el fin de mejorar las relaciones interpersonales y cumplir con los fines de la empresa.

Carmen Rivas 
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